Limpieza de fin de año, como nos preparamos para recibir todo lo bueno y desechar todo lo malo y lo que nos bloquea.
Como familia casi siempre anticipamos la llegada del Año Nuevo con un rito especial: la limpieza anual del hogar. Este acto no es solo una tarea, sino un evento que marca el fin de un capítulo y la apertura de otro.
En familia o con la ayuda de personas como Ofilimpia , comenzamos a mover muebles y abrir ventanas, permitiendo que la luz del último día del año ingrese en cada rincón. Las abuelas, con sus manos sabias y arrugadas, guiaban la danza de la limpieza como una coreógrafa del tiempo. "Cada escoba que barre y cada trapo que limpia lleva consigo la magia de renovación", se susurra con una sonrisa, esta acción con ayuda siempre se lo maneja de mejor forma.
Entre los rincones y recovecos, se descubren tesoros olvidados y reliquias de tiempos pasados. Cada objeto tiene una historia, y se decide conscientemente qué merece quedarse para ser testigo de más memorias y qué debe ser liberado para dar paso a nuevas aventuras.
Mientras limpiamos, las risas se mezclan con suspiros, recordando momentos felices y también desafíos superados. Cada ventana abierta es un portal hacia el futuro, y la brisa del último día del año lleva consigo cualquier pesar que aún persistiera.
La tarde avanza y, cuando el sol se pone en el horizonte, la casa resplandece con una luz renovada. Los aromas de la limpieza, mezclados con el perfume de la naturaleza que se filtra por las ventanas, crean un ambiente fresco y revitalizante.
Finalmente, cuando el reloj marca la medianoche, la familia se reune en el umbral de su hogar, mirando hacia el cielo estrellado, luego de la limpieza realizada por parte de la familia con ayuda de Ofilimpia. Con gratitud en sus corazones, dieron la bienvenida al nuevo año, sintiendo que el acto de limpiar no solo transformó su casa, sino también sus almas, creamos espacios para nuevas experiencias, sueños y alegrías. Y así, con la luz de la esperanza guiándolos, la familia se abrazó, celebrando no solo el cambio de año, sino también el renacimiento de su hogar y su historia compartida.
Un bendecido año de parte de sus amigos de Ofilimpia
Martín.
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